En la Hacienda Doña Carlota situada en la ciudad de Tehuacán (Puebla, México) tiene lugar en octubre la celebración del «Festival Étnico del Mole de Caderas». Este evento, que antiguamente se conocía como «La Matanza», es una tradición del SXVII que procede de la actividad ganadera introducida por primera vez en América por el Imperio español durante el proceso de colonización.
A principios de cada año y con el fin de abastacer las demandas del festival se pastorea y ceba a miles de cabras. El matadero que se encuentra en la hacienda y por el que pasan más de seis mil cabras durante esos días, abre sus puertas a periodistas, fotógrafos y reporteros gráficos que son invitados a presenciar y documentar el proceso de matanza.
Esta serie fotográfica no tiene como fin dar a conocer los elementos folclóricos que rodean a esta matanza sino exponer, aprovechando la coyuntura de la celebración de este evento, la situación que padecen los animales en un matadero.
Con mayor o menor precariedad, con mayor o menor higiene, las escenas de explotación animal que forman parte de este reportaje son habituales en muchos mataderos.
Zona de desembarque y clasificación. Las cabras aguardan a entrar al matadero.
Muchas cabras llegan embarazadas al matadero. Esta cría nació en los mismos establos del matadero.
A las cabras se les dispara con una pistola de perno cautivo con el fin de aturdirles. No siempre se logra y muchas, aún conscientes, son degolladas.
En este matadero las cabras observan como disparan a las cabras que les preceden. Se resisten a ser capturadas.
Las ténicas de aturdimiento no siempre son eficientes. Un porcentaje de animales llega consciente a la zona de sacrificio.
Las cabras son aturdidas con una pistola de perno cautivo.
Desollamiento. La piel de los animales se utiliza para la confección de prendas como zapatos o de bolsos.
Limpieza de cráneos de cabra.
Limpieza de cráneos de cabra.
Hay trabajadores que han pasado toda una vida dedicados a la matanza de animales.
Zona de corte de cuernos.
Muchas cabras llegan embarazadas al matadero. En la imagen un trabajador desmembra varios fetos.
Las caderas que son posteriormente utilizadas para el platillo tradicional.
La carne se pone a secar durante un periodo de cuatro o cinco días al sol.