Saboteadores de la caza en un todoterreno.

Saboteadores/as de la caza del zorro

Aitor Garmendia
Inglaterra / Noviembre, 2016

En el mes de agosto del año 1958 varios miembros de la League Against Cruel Sports (Liga Contra los Deportes Crueles), colocaban una serie de rastros falsos en la zona donde iba a tener lugar una batida de caza. Buscaban confundir a los perros sabuesos utilizados por el grupo de cazadores de ciervos de Devon y Somerset y con ello impedir la caza. El Daily Telegraph decía de esta acción: «opositores a la caza del ciervo, que hasta ahora no han podido detener el deporte, recurren al sabotaje». Era el primer sabotaje a la caza reivindicado de la historia. Y le siguieron más.

Durante las dos siguientes temporadas de caza se utilizó esta táctica y los miembros de la LACS, gracias a la propaganda obtenida por este tipo de acciones, se incrementaron de forma exponencial. Los sabotajes de militantes que actuaban en solitario comenzaron a aparecer en los medios de comunicación. Una de esas personas fue Gwen Barter, la mujer que se hizo conocida en aquellos días al bloquear un vehículo utilizado por cazadores. Meses después impedía también una batida de caza del zorro taponando la salida de una madriguera con su propio cuerpo.

Estas acciones, la notoriedad que alcanzaron, y la baja actividad de la LACS, inspiraron en 1963 a John Prestige, un joven periodista de Brixham, a fundar la Hunt Saboteurs Association (Asociación de los Saboteadores de la Caza). «Estamos aquí para impedir a la gente cazar. El movimiento [la HSA] está financiado por una pequeña herencia mía y la cuota de los socios» dijo a la prensa. En los primeros días se inscribieron cien personas y fueron recibidas más de mil cartas. Las nuevas tácticas y la fundación de la HSA cambiaron la historia del movimiento de liberación animal para siempre y con ellas comenzó una nueva etapa marcada por la acción directa.

La caza tradicional con perros es ilegal desde el año 2004.

La caza tradicional con perros es ilegal desde el año 2004 pero se sigue llevando a cabo con total impunidad.

A la HSA le sucedieron más organizaciones que también operaban bajo el principio de sabotaje y de la desobediencia civil pero que llevaron más allá estas prácticas. En el año 1972 Ronnie Lee, que había formado poco antes un grupo de saboteadores a la caza en Luton, y Cliff Goodman consideraron que el marco legal en el que la HSA actuaba se mostraba insuficiente y era necesario ir más lejos. Tomando el nombre de los grupos juveniles de la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals que ya en el SXIX inutilizaban las escopetas de los cazadores, crearon la Band of Mercy.  Para Lee y sus compañeros esto era un ejemplo de verdadera acción directa. Dos años después fueron detenidos por el ataque a un laboratorio y sentenciados a doce meses de prisión. En su puesta en libertad Goodman se convirtió en el primer informante de la policía del movimiento, pero Lee salió endurecido. Consciente del creciente apoyo público a las liberaciones de animales realizadas en la clandestinidad formó a un grupo de treinta personas para organizar una nueva campaña que intimidara realmente a quienes se lucraban con la explotación animal. El nombre debía transmitir la idea de un movimiento revolucionario y Band of Mercy no parecía apropiado. Fue así como nació el Frente de Liberación Animal (Animal Liberation Front)

El modelo operativo del FLA, basado en una red internacional de grupos de afinidad descentralizados pero unidos bajo un ideario táctico y político común, ha facilitado su expansión y a día de hoy está presente en más de veinte países. Según el FBI y sólo en un periodo de seis años (1996-2002) el Frente de Liberación Animal norteamericano causó más de 43 millones de dólares en daños a la industria de explotación animal fruto de sabotajes.

En ese mismo contexto político social merecen especial atención las Animal Liberation Leagues (Ligas por la liberación animal). Estos grupos, surgidos también en Inglaterra, estaban movidos por los mismos motivos de urgencia y de necesidad de acción directa y operaban también en un marco de desobediencia civil pero, a diferencia del FLA, actuaban a plena luz del día y de forma masiva. Las acciones que realizaban recibían el nombre de raids (redadas) y podían reunir a decenas de personas que acudían en masa a laboratorios de experimentación animal con el fin de obtener pruebas y documentación para exponerlas posteriormente al público. En junio de 1980 doscientos activistas invadían el Centro de Investigación Agrícola de Babraham en Cambridge. El material que se obtuvo en aquella acción es considerado una de las mayores exposiciones de pruebas en contra de la industria de la experimentación animal y logró una gran repercusión en los medios del país.

Los saboteadores llegan al lugar de encuentro de los cazadores.

Los saboteadores llegan al lugar de encuentro de los cazadores. El sabotaje comienza dejando clara su presencia.

Todas estas organizaciones amplificaron un conflicto con el fin, no sólo de impedir que determinadas empresas abusaran de los animales, de liberar a estos de su opresión o de exponer al público lo que sucedía en sus centros de explotación y experimentación, sino también de situar en la agenda política y social el debate sobre la legitimidad de la explotación animal.

Además sirvieron de inspiración y motivaron a miles de personas a involucrarse en la lucha por la liberación de los animales. Sin las tecnologías de comunicación con las que hoy contamos —como lo son internet o los dispositivos móviles— lograron crear una red de distribución y de formación alternativa (comunicados, manuales de acción directa, debates internos, análisis, …) que permitieron la expansión de este modelo de militancia por gran parte de la geografía occidental.

Pero la represión no tardó en llegar. Muchos militantes ingleses fueron represaliados de diferentes formas y decenas de ellos lo pagaron con su libertad. Algunos incluso con su vida. Mike Hill en el año 1991 y Tom Worby en el año 1993, morían atropellados por cazadores cuando se disponían a bloquear los vehículos de forma pacífica. Sus conductores decidieron no frenar. El 1 de febrero de 1995 Jill Phips corría la misma suerte. Era atropellada por un transportista de terneros durante una campaña que, mediante el bloqueo pacífico, buscaba impedir el acceso de los camiones al aeropuerto de Coventry. El 5 de noviembre del año 2001 Barry Horne fallecía en su cuarta huelga de hambre bajo la custodia del gobierno británico mientras cumplía una sentencia en prisión de dieciocho años de cárcel.

Un saboteador de la caza impide el paso de un cazador.

Un saboteador impide el paso del cazador ralentizando así la actividad de todo el grupo.

No han pasado tantos años desde entonces, pero la deriva actual del movimiento de liberación animal multiplica la sensación de distancia. El modelo organizativo de tipo oenegé, cada vez más asentado en el movimiento de derechos animales, ha ido desplazando y ganando terreno a este espacio construido en términos de lucha. No hace falta estar de acuerdo con sus tácticas para reconocer la importancia que un entorno combativo como el descrito tuvo en la construcción de este movimiento. En noviembre de 2016, motivado por el interés en entender la génesis y evolución del movimiento y en un intento de reivindicar su memoria, viajé a Inglaterra. Allí acompañé a los Bristol Hunt Sabs a uno de sus sabotajes. Fui testigo de sus acciones y las documenté gráficamente. También pude hablar con ellos sobre sus tácticas, sus objetivos y otros temas relacionados con la liberación animal que quedan reflejados en la siguiente entrevista.

En la imagen dos todoterrenos siguen a varios saboteadores.

Los supporters son personas que acuden a las batidas de caza a impedir que el grupo de saboteadores cumpla su cometido. En la imagen dos todoterrenos siguen a varios saboteadores.

Los saboteadores de la caza suelen recibir amenazas de los supporters.

Los saboteadores de la caza suelen recibir amenazas de los supporters.

Es importante conocer zona donde va a tener lugar el sabotaje.

Es importante conocer zona donde va a tener lugar el sabotaje. El grupo de Bristol estudia el terreno días antes y el mapa juega un papel clave.

Saboteadores de la caza del zorro durante una jornada.

Los cazadores intentan ponerlo difícil alejándose a caballo y una vez estudiado el terreno se toman atajos.

Las jornadas de sabotaje a la caza son largas y cansadas.

Las jornadas de sabotaje son largas y cansadas. Gran parte del éxito del sabotaje reside en estar en el lugar y en el momento preciso. Cuando reciben el aviso de quienes vigilan en todoterrenos, toca correr.

l grupo de Bristol tras una jornada de sabotaje a la caza.

Los cazadores han amenazado, atacado físicamente y perseguido a los saboteadores en su vida privada. Debido a ello, muchos cubren su rostro con un pasamontañas.

NOTAS:

- Tochelar, Michael. The History of Opposition to Blood Sports in Twentieth Century England. Routledge, 2016.

- Best, Steven & Nocella, Anthony J. The Animal Liberation, Front a political and philosophical analysis. Lantern books, 2011.

- VVAA. Ed: Best, Steven & Nocella, Anthony J. Terrorists or Freedom Fighters? Reflections on the liberation of animals. Lantern books, 2004.

- 1963 – Protest to Resistance. Steve Poole. [fFecha de consulta: 5 04 2017]. Disponible en el siguiente enlace.

- Against all odds. 1980. Publicación distribuida en aquellos años en formato fanzine.

- Kriesi, Hanspeter & Rucht, Dieter. Social Movements in a Globalising World. Pallgrave macmillan, 1999.

- Northwest Hunt Saboteurs. A tribute to Mike Hill. [Fecha de consulta: 5 04 2017]. Disponible en el siguiente enlace.

- F. Jarboe, James. The Threat of Eco-Terrorism. Federal Bureau of investigation (FBI). 2002 (12 de Febrero) [fecha de consulta: 5 04 2017]. Disponible en el siguiente enlace.

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