Treinta y cinco mil pollos —según las declaraciones del propietario de la granja— murieron asfixiados y calcinados en el incendio de la granja Margarita situada en el municipio de Tlajomulco (Jalisco).
El trabajo de los operarios y el apoyo de las autoridades consiguió evitar que el incendio se extinguiera al resto de la granja pero, al contrario de lo que apuntan los medios —que indican que consiguieron salvarse 130 mil pollos—, los animales que se encontraban en el resto de los galpones sólo se salvaron de una muerte por asfixia pues sus vidas habían sido ya programadas con fecha de ejecución en un matadero y nadie los salvará de ello.
Una vez más, al ser testigos del trato que los medios dan a una tragedia de esta dimensión, queda manifiesto el lugar que ocupan los animales en nuestra sociedad: meras máquinas de producción con un valor económico en el mercado.
Este tipo de accidentes son habituales en los centros de cría y explotación de la industria ganadera y seguirán sucediendo —al igual que el abuso y sometimiento constante que padecen los animales en las granjas— mientras sigamos demandando productos de origen animal.
Es necesario poner fin a la opresión que padecen los animales y esto pasa, lejos de toda duda, por hacemos vegan@s e involucramos en el movimiento de Liberación Animal.
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